Presentación...

Bajo el título "periodistasinvestigación", este blog quiere representar una mirada crítica del poder e impulsar la regeneración ética en los medios de comunicación, para que haya una auténtica libertad de expresión.


I am nothing if not critical

domingo, 13 de diciembre de 2015

LOS PERIODISTAS QUE TENÍAN MIEDO DE LOS PERIODISTAS

David Jiménez, director de EL MUNDO hace repaso de la trayectoria de su diario en la publicación de informaciones comprometedoras. Felipe González y los fondos reservados, el saqueo de los Pujol, el caso Urdangarin, los ERE de Andalucía, la corrupción que tanto daño ha hecho al PP y añade las irregularidades de la juez estrella de PODEMOS, Victoria Rosell.
Con este relato David Jiménez parece decir que son todos los políticos iguales,  metiendo a PODEMOS  en el mismo saco de la corrupción, lo cual no deja de ser una desmesura informativa ya que por el momento no hay caso Rosell.

Pero todo esto es para concluir que los políticos tienen que tener miedo de los periodistas. Es como si la corrupción solo tuviese una dirección. No se ha leído "LA PRENSA QUE SE VENDIÓ", donde se demuestra como los directores y propietarios de algunos medios de comunicación se ofrecían al poder, a cambio de soluciones económicas.

Resulta que EL MUNDO  silencia este libro que pretende la regeneración de los medios de comunicación. No se entiende que prive a sus lectores del conjunto de hallazgos informativos que se describen en el mismo, a no ser que entienda que no importan  las malas prácticas profesionales, la corrupción económica y ética que en "LA PRENSA QUE SE VENDIÓ"  se detallan con profusión de documentos originales. Por eso yo he cambiado el título del artículo de David Jiménez y en vez de los "periodistas que no temían a los políticos"  hablo de los "periodistas que tenían miedo de los periodistas".

martes, 1 de diciembre de 2015

EL DEBATE DE EL PAÍS, UN ÉXITO DEMOCRÁTICO.

El Diario EL País ha tenido un éxito democrático al reunir en un debate a los candidatos a Presidente del Gobierno para las próximas elecciones, Sánchez, Iglesias y Rivera. Y lo ha hecho al no aceptar que el actual Presidente en funciones Rajoy, cediese su lugar  a la Vicepresidenta Soraya Rodríguez. Va este éxito, más allá del evidente logro comunicacional en el que el formato también marca un punto de inflexión para el futuro, al dotarlo de agilidad para que se pueda conocer la auténtica valía de cada uno de los candidatos. No como ha sido habitual hasta ahora, donde el protagonismo correspondía a  los papeles que les preparaban los equipos de asesores, y que los candidatos monologaban ante la audiencia resignada de una democracia que tampoco ilusionaba en las formas de comunicarse a sí misma.

Y decimos que ha tenido un éxito democrático, porque como explicaba Joaquín Estefanía en la Cadena SER, se trataba de las reglas del juego, al hecho de que estén los candidatos a presidir el Gobierno, y no de meras conveniencias de partido. Porque el periodismo ha abandonado en numerosas ocasiones sus principios y ha caído en el posibilismo frente a sus competidores mediáticos y a la ventaja que pudiese obtener. En la democracia son importantes las normas escritas y los usos, ya sean en el Parlamento, o en el ejercicio de la libertad de expresión. Y un uso asumido es el de los debates en los medios de comunicación que se producen en otros países, como en otros apartados lo son cada vez más las primarias o los debates parlamentarios no encorsetados.

Reglas de juego en la comunicación, que la opinión informada sabe valorar,  frente a conveniencias de medio de información o políticas, cuando no van juntas. En la tertulia mañanera de la SER, el análisis de Estefanía contradecía al de Lucía Méndez, que como primer argumento exhibía el de que a Rajoy no le convenía asistir a ese debate. Hoy estamos en un escenario de fuerzas políticas emergentes, que nos puede distraer, con la pregunta de cuantos mas tendrían  que haber  estado en el debate, o con la de saber quien lo ganó. Importantes preguntas, pero que no atienden a lo sustancial, la batalla a favor de la libertad de expresión  que se ha ganado para todos por EL PAÍS no cediendo a las presiones del poder y dejando el atril de Rajoy vacío.

Me reconforta porque yo en el 96  perdí otra batalla por la libertad de expresión similar, cuando como presidente de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, cite en el Congreso a un debate a Felipe González, que aceptó. y a José María Aznar, que ya se veía ganador y no le convenía. Se desestabilizó la Asociación de Periodistas Parlamentarios,  y el debate no se pudo hacer. Pedro J. Ramírez director entonces de EL MUNDO, me preguntaba en la Mañana de la COPE por qué quería hacer en ese momento el debate. Le contesté que "era un clamor" en la calle.

Era el argumento no periodístico y contrario a la libertad de expresión, el de la conveniencia política, Entonces lo defendieron Pedro J. Ramírez y Lucía Méndez y que algunos como se ve y se oye todavía mantienen, poniendo en el mismo plano las reglas del periodismo y los avatares políticos de los dirigentes a los que no quiere estropear del todo la faena.

Luis Santos Serra


sábado, 21 de noviembre de 2015

EL FRANQUISMO HOY PRESENTE

Se acaban de cumplir los cuarenta años de la muerte del dictador, y su sombra todavía provoca controversias. Desde la que se produce en el campo de los historiadores, con una corriente revisionista que pretende blanquear al régimen represivo, empezando por su figura. En este campo todavía no hay un relato colectivo sobre si fue un régimen autoritario o totalitario. Lo que no debería impedir que fuera considerado  Franco como un criminal de guerra.
Y en estas nos encontramos con que los celebrantes de la figura de Franco, la Fundación que lleva su nombre, consiguen la publicidad de la provocación en una sociedad democrática, donde se dice que no existe una ultraderecha con real influencia en el panorama político. Abiertamente convocan homenajes y se benefician de que aquí no fueran los golpistas, y quienes continúan con la antorcha de su legado, declarados ilegales. Que diferencia con los dictadores del eje Hitler y Mussolini. De hecho en el acervo popular hay dos momentos subyacentes a todo planteamiento, ya sea académico, o político, que "murió en la cama" y la famosa frase del dictador en su discurso de Navidad de 1969; "todo está atado y bien atado".

Esa frase sigue basculando sobre nuestras cabezas mas que como una premonición como una certeza, al ir comprobando realidades que no suponen una ruptura simbólica y real con el pasado. Pensemos sin ser exhaustivos, en los muertos republicanos en las cunetas, que no han podido ser enterrados dignamente, e incluso cristianamente, y cuyos familiares penan políticamente como una discriminación más en la democracia. Pensemos en el Valle de los Caídos, icono funerario de la dictadura, que se encuentra en un nudo jurídico, donde ni los poderes laicos ni la Iglesia, por encontrarse enterrado Franco en un templo benedictino, han logrado o querido desatar.
El poder judicial tampoco es ajeno a este devenir del franquismo en nuestro presente. Porque numerosas condenas producidas durante la dictadura no han sido revisadas, y luchadores por la democracia siguen arrostrando sus consecuencias.

Esto nos lleva a que sea Argentina la que tiene que realizar procedimientos judiciales contra nuestra dictadura, y a que desde nuestro país no se colabore. Por eso no sorprende, aunque hiera la sensibilidad democrática, que familiares del dictador tengan protagonismo en los medios de comunicación públicos, donde no se les afee el patrimonio que conservan logrado en la oprobiosa persecución y represión de los derechos humanos, ni se hablara del asesino Franco que firmaba penas de muerte. En todo caso, por interés informativo, podían haber aclarado si las firmaba Franco mientras desayunaba, como se ha dicho. Y que la única manera de perseguir los restos del franquismo sea con una cámara de televisión al policía torturador Billy el niño, González Pacheco, que ha tenido una feliz vida profesional, saltando a la empresa privada como especialista en seguridad, lo que le ha permitido vivir en una de las zonas mas caras de Madrid.

lunes, 16 de noviembre de 2015

CARLOS HERRERA Y SU INMORAL SELFIE EN EL LUGAR DEL ATENTADO EN PARIS

El conductor del programa de la COPE, Carlos Herrera, ha protagonizado un "selfie" -autofoto- frente a la sala Bataclan en Paris, donde los terroristas asesinaron a casi un centenar de personas. Podría parecer un exceso de la prensa sensacionalista que no se para ante nada ni nadie, la muerte, la intimidad, el respeto, la humildad acompañada de la desolación por el asesinato múltiple. Choca el protagonismo consumista, del que quiere compartir esa foto en las redes sociales, para sacar partido de su imagen personal frente al dolor ajeno y  la conmoción general. Seguramente  entiende esa foto Carlos Herrera, como una prolongación de su trabajo periodístico al frente de uno de los programas de la COPE, y de su contrato de estrella mediática. Pero ese selfie no es solamente un error que deja en mala posición a la cadena radiofónica, es a todas luces inmoral.

Se hizo la foto Carlos Herrera, el locutor de la COPE en Paris,  tras clausurar antes en Madrid el Congreso Católicos y Vida Pública, junto al presidente del grupo COPE, Fernando Giménez Barriocanal. El director del programa "Herrera en COPE"  no perdió el tiempo a la hora de sacar "plusvalías" para su imagen en su  viaje a Paris. No se acordaba de lo que había exigido a los políticos en dicho  Congreso, como si no sirviese para él mismo la reivindicación, cuando reclamó que solo se puede "aspirar a que la política dé una respuesta al bien común, si previamente se inicia ese camino en el tejido social". 

Pues bien el camino en el tejido social es también  responsabilidad de los medios de comunicación como formadores de opinión, en este caso católicos.
Pero tampoco resultaba muy católica la falta de un llamamiento a la paz y su elección por contrario de un lenguaje belicista. Dijo "Es la guerra sin ambajes, la guerra pura y dura".

jueves, 8 de octubre de 2015

PUBLICACIÓN DEL LIBRO "LA PRENSA QUE SE VENDIÓ"




 “LA PRENSA QUE SE VENDIÓ”,
Luis Santos
 Ediciones Carena.




 Se desvela cómo, algunos medios de comunicación,
 de la Transición se “vendieron” al Gobierno a cambio
de prebendas y subvenciones.

Se reproducen  documentos originales que
 demuestran los hechos.







domingo, 2 de agosto de 2015

ENTREVISTA EN INFOLIBRE

La entrevista íntegra en “inFolibre” el 19 de marzo de 2015

Un libro revela la implicación del ‘Abc’ de Sevilla en el golpe del 23-F
·         El periodista Luis Santos Serra publica un libro en el que se detallan las relaciones entre la prensa y el poder político entre 1977 y 1982
·         El texto revela, entre otros asuntos, la complicidad del Abc de Sevilla con el golpe de Estado del 23-F y la persecución de periodistas de izquierdas
·         "Estamos en un periodo de recopilación histórica, de cambio de ciclo, y al periodismo le tiene que llegar también su hora", explica
Actualizada 19/03/2015 a las 00:01  


"Estamos en un periodo de recopilación histórica, de cambio de ciclo, de revisión de la Constitución, y al periodismo le tiene que llegar también su hora". Este es el motivo por el que periodista Luis Santos Serra ha decidido escribir un libro en el que se relatan las tramas que relacionan a los periódicos con el poder político y económica a lo largo de las últimas décadas. Aunque aún no se sabe cuál será la fecha de publicación, Santos revela las enormes dificultades y presiones a las que ha tenido que hacer frente para conseguir que le publiquen La prensa que vendió. Por eso prefiere, por ahora, no dar el nombre de la editorial que lo va a sacar a la luz.

La prensa que se vendió está basada, principalmente, en lo que él llama el archivo Aguirre, un conjunto de documentos donde se muestran las comunicaciones que Ignacio Aguirre –secretario de Estado para la Información entre 1981 y 1982 y tío de la presidenta del PP madrileño y candidata a la Alcaldía de la capital– mantuvo durante su mandato con directivos de medios de comunicación, empresarios y el propio Gobierno. Aunque se centra en él, también habla de los secretarios de Estadoque ocuparon el cargo entre 1977 y 1982. A esta información de primera mano se le añaden testimonios de los protagonistas de la época, recogidos a través de entrevistas con el autor. Esperanza Aguirre, que en principio accedió a colaborar, finalmente optó por declinar su participación en el proyecto.

"No es el típico archivo de material administrativo, yo digo que es
 unarchivo de maldades, porque refleja todo el tráfico que hay con los medios de comunicación, con los directores de los periódicos", cuenta Luis Santos a infoLibre, que subraya que se trata de una etapa clave, ya que es "un periodo en el que se están conformando, no solo la democracia, sino los medios de comunicación que a su vez contribuían a generar la opinión pública". Además, apunta, "es un archivo inusual, porque son cartas coloquiales, muy directas". "Es un tipo de archivo quese tendría que haber quemado", bromea.

"El Gobierno tenía una llave enorme"

El autor distingue el contenido del 
archivo Aguirre en dos grupos. Por un lado, las cartas de directores de periódicos a esta Secretaría de Estado (y viceversa). Y, por otro, las notas que dirige Aguirre al presidente del Gobierno, donde le resume todo". En estas comunicaciones, señala, "participan los primeros espadas", como los editores Luca de Tena (Abc) o el conde de Godó (La Vanguardia).

Preguntado por el amplio periodo de tiempo que ha esperado desde que pasó todo aquello hasta que sale a la luz, el autor de 
La prensa que se vendió admite que tiene esta documentación desde hace 30 años, pero que, entre otros motivos, el terrorismo de ETA –en el libro se relatan operaciones dirigidas a lograr el cierre de Egin, el diario de la izquierda abertzale– hizo que prefiriera esperar para sacarlo a la luz: "Me daba miedo provocar un atentado".

El periodo tratado se enmarca en una coyuntura en la que "se está reconvirtiendo toda la prensa, que tenía una maquinaria muy obsoleta". "Necesitaban grandes inversiones y 
el Gobierno tenía una llave enorme para manejar eso", explica Santos, que apunta que "describe lo que era la época, cómo acomodan los medios, sobre todo Abc, su línea editorial al poder porque se lo dicen por carta". Así, destaca que "hay mucho tarjetón, donde meten la carta de trámite y en el tarjetón la barbaridad".

"En ese acomodo hay momentos que a mí me sacan los colores como periodista. Desde
 Abc le mandan al secretario de Estado un texto diciendo: 'Mira, la crónica que retiro'. Eso es muy fuerte. Le manda la crónica, firmada por el autor [José María Carrascal], al Gobierno", lamenta el autor, que subraya que es "una prostitución total". "No es por manía, pero Abc incurre en todos los capítulos como para sacarles de la profesión: golpe de Estado [23-F], falta a la ética periodística, envío de crónicas desde la edición de Sevilla a Luca de Tena y, de ahí, al Gobierno en un informe diciendo 'No sólo lo que hacemos, sino lo que dejamos de hacer, lo que dejamos que muera en nuestra mesa'. Es un procedimiento bochornoso", critica Santos, que establece una relación entre cómo se doma la línea y, a la vez, cómo se comienzan a solventar los problemas económicos que tenía el diario, especialmente con la banca.

La reacción de Abc de Sevilla el 23-F

"De la trama civil del 23-F no se investigó nada, excepto a [Juan] García Carrés [dirigente del Sindicato Vertical]", recuerda Santos, que subraya que
 "en la prensa, hubo de todo". "En concreto, en el caso de Abc, el ministro de Hacienda les tilda de 'fascistas' y asegura que se han puesto a las órdenes del Gobierno militar, en vez del gobernador civil, en la noche del golpe", cuenta el autor de este libro, que añade que se llegó a hacer un informe por parte de la Secretaría de Estado para la Información en el que se detallan "todos los movimientos que ha habido del Abc de Sevilla, llamando previamente al golpe y, posteriormente, llamando a la desmovilización de las manifestaciones democráticas de condena".

Así, apunta que los datos que puede aportar, "que hasta ahora no habían salido, son los del 
Abc de Sevilla; del resto, como los de El Alcázar [diario próximo a los golpistas] se habló, pero no se probó nada. No había documentos que vinculasen [la trama militar a los diarios] directamente, como ocurre con Abc".

Otro de los aspectos más reveladores de estos documentos es que el director del 
Abc de Sevilla, Nicolás Salas, "acuarteló a la redacción diciendo 'Aquí no sale nadie'" y, después, se fue a ponerse a las órdenes del gobernador militar". Además, editoriales del mismo diario hablaban de "la mala hierba que hay que cortar" o "llamaban a la represión", textos que también son incluidos en estos informes de la Secretaría de Estado.

En estos documentos se hace constancia del sesgo diferente de las ediciones de Madrid y Sevilla del diario
 Abc, informando a Aguirre que el de la capital de España "no hace nada, se queda callado", enfatiza Santos. Estos documentos señalan que, en 1982, Aguirre señala en un informe que "hay que apoyar a Abc en detrimento de la prensa progresista". "Ellos mismos tenían constancia del apoyo al golpe desdeAbc de Sevilla y, a su vez, le daban una opción preferencial antes de que ganara la izquierda", critica Santos.

"Esto ya habría prescrito, pero estos documentos, que inculpan directamente, 
tendrían que ser explicados por el Abc de Sevilla y elAbc globalmente. Ese director, Nicolás Salas, que sigue dando conferencias, no fue destituido", lamenta.

El autor reflexiona además sobre el papel que ciertos periódicos tienen a día de hoy: "Hay medios que tienen a todos sus redactores jefe o directores paseando por las tertulias y 
marcando la línea moral democrática. En otro orden, podría estar de acuerdo o no, pero que marquen ellos los límites del buen hacer democrático, cuando tienen, siendo leves con ellos, malas prácticas". "Esta gente es la que dice ahora lo que es bueno para la democracia, los que han hecho todo este tipo de cosas: trato de favor, tráfico de influencias, comportamientos poco éticos, apoyo al golpe de Estado... Además, están orgullosos de todo ese pasado: los que no lucharon, son los defensores de aquello", lamenta.

Sobre la falta de exigencia de responsabilidades, Santos cree que "ahí se puso un listón e, igual que no se juzgó a muchos guardias y oficiales, 
no se quiso ir más allá, no se quiso investigar. Se intentó hacer parecer que no había pasado nada". "La respuesta del Gobierno fue nula, cuando tenían que haber exigido responsabilidades a Luca de Tena. Pero tenían miedo a la llegada de los socialistas, que luego sabemos todo lo que llegó, pero era como ahora Podemos o Ciudadanos, parecía muy inminente", explica.

Persecución de periodistas de izquierdas

El periodista apunta que "se produjo una
 involución democrática dentro del propio régimen: hay una persecución de periodistas de izquierda en los periódicos y, además, protección de los que habían sido golpistas". Así, señala algunos ejemplos: Aguirre dice en un documento que el 80% de los redactores de Pueblo son "socialistas y comunistas"; "se impide que reaparezca Diario Madrid por una indemnización insuficiente" o que "el Gobierno coge al Abc y lo toman como suyo".

"Sobre todo, había persecución de periodistas", apunta, señalando que
llegó a haber "listas negras" en Informaciones, ya que muchos periodistas pasaron de este periódico al recién nacido El País, como Juan Luis Cebrián. "No dicen que este no me va a tratar bien la información, como se podría decir ahora, es que etiquetaban: 'Este es del PCE, sector eurocomunista...'. Es una terminología del régimen franquista: anticomunista, antisocialista, antidemocrática", explica Santos, que detalla que "más que impedir que apareciesen nuevos medios, que también, trataron de 'limpiar' las redacciones y hacer que se hundieran medios con trasfondo progresista".

Otro de los aspectos que explican esta relación entre Gobierno y prensa es el de las grandes inversiones que se necesitaban para sacar un periódico adelante. "Se intentaba aupar al diario del 
Abc. De hecho, hay un documento que dice cómo hay que apoyar a Abc en 1982. Es la forma de impedir que gane el PSOE", cuenta Santos, detallando que en los documentos "se dice que hay que sanearlo económicamente. No tengo los documentos en los que se dice que se sanea, pero sí todas las peticiones económicas, diciendo lo que hay que hacer con los bancos. De repente, aparece [Luis María] Anson en 1982 liderando el Abc'supersaneado'".

También es llamativo el episodio en el que el secretario de Estado pide 25 millones de pesetas al Gobierno para una subvención a Godó. Santos cuenta que estas cartas son especialmente "crudas" y en ellas se relata "cómo dar esta ayuda, la necesidad de redactar una norma pero sin que se enteren el resto de periódicos". Asimismo, explica que Aurelio Delgado, jefe de gabinete de Adolfo Suárez, se justificó cuando le preguntó diciendo:  
"Es que había que montar el país, había que hacer así las cosas". "Los medios fueron una parte más, pero son más importantes porque generan opinión", añade Santos.

Pese a una larga labor de investigación, Luis Santos asegura que, aunque da algunas cifras,
 no ha podido cuantificar el total de ayudas y subvenciones que se dieron a la prensa en estos años.

Operaciones para intentar cerrar 'Egin'

Según los documentos del archivo Aguirre, Marcelino Oreja, delegado de Gobierno en Euskadi (1979-1982), escribió una carta a Aguirre diciendo que se había reunido con los directores de todos los periódicos para analizar el caso del periódico Egin. El resultado de la reunión, comenta Santos, es “un acuerdo por el que deciden que no conviene cerrarlo políticamente, sino asfixiarlo económicamente”.

Egin no pagaba nada, pero nada. Ni a la agencia Efe, ni los créditos de los bancos Bilbao y Vizcaya [que después formarían el BBV]… y el Gobierno empezó a reclamar deudas: bancos, trabajadores, Seguridad Social, Efe, papel….”, recuerda Santos, que señala que, aunque la ley permitía cerrar el diario vasco, el Gobierno temía que “los abertzales se movilizaran y que, por tanto, el resto de los periódicos tuvieran que salir en apoyo a Egin”. Finalmente, Aguirre decidió no hacer nada.

En otra carta, 
Sabino Fernández Campo, secretario general y luego jefe de la Casa del Rey, escribe a Aguirre –de parte del jefe del Estado– preguntando que “si no se puede hacer más con Egin e, incluso, le dice que cómo puede llevar publicidad del Estado”, apunta el periodista. En esta ocasión, las peticiones tuvieron el mismo resultado.

Finalmente, 
Egin no fue cerrado hasta 1998, y ocurrió por orden del entonces juez Baltasar Garzón, que lo acusó de delito de colaboración con ETA, un delito que sería rebajado más tarde por la Audiencia Nacional. Posteriormente, el Tribunal Supremo dejó sin efecto estas imputaciones, pero el diario nunca volvió a a las rotativas.

"Aunque haya pasado mucho tiempo, la memoria histórica es importante y esto tiene que quedar claro, pero no está en la agenda", señala Santos, que subraya que "
ese fue el sistema que diseñaron, y no democráticamente, pese a que den lecciones". "Nos merecemos una explicación democrática de qué pasó en todos los aspectos. No es algo que de comer, pero tenemos que saberlo por calidad democrática", enfatiza el periodista.


viernes, 10 de julio de 2015

TELEMADRID O COMO SUPERAR LA PURGA IDEOLÓGICA.

En el 2013 el Gobierno regional de Ignacio González con la aquiescencia del PP madrileño de Esperanza Aguirre aplicaba un ERE en Telemadrid, por el que 829 trabajadores fueron expulsados de sus empleos ganados en oposición. Era el resultado a primera vista de una legislación laboral que hoy se cuestiona ampliamente. Pero por encima de todo suponía una masiva purga ideológica, ya que el excedente laboral  lo era por querer aplicar como único fundamento la libertad de expresión.  La piedra de toque, la reivindicación de un Consejo profesional de redacción, que debería ser un interés de toda la sociedad civil madrileña, y no solo de los trabajadores de la televisión pública.
El pacto del PP y Ciudadanos persigue la despolitización, la profesionalización, así como la elección del Consejo de administración y el Director general  por mayorías cualificadas. Con una “carta básica” similar a la de la BBC británica que garantice el pluralismo. Pero cómo se puede garantizar el pluralismo sobre las cenizas del incendio del pluralismo que supuso el ERE. Sería cerrar en falso el proceso de “aggiornamento” no resolver antes ese problema que interesa a la democracia. Porque el modelo de solución en Telemadrid se exportará y se analizará para otras televisiones públicas. Recordemos que por ejemplo el PSOE  inscribía el ejercicio de los derechos profesionales en TVE como algo que interesaba a la lucha por las libertades.
Dicho lo cual, se entiende que el pluralismo no es troceable, ni variable en un medio de comunicación público. Que la gestión por parte de mayorías parlamentarias cambiantes en el tiempo no debe afectar al desarrollo y manifestación de la libertad de expresión.  Ese momento si es el que hay que perseguir, el momento BBC, donde los profesionales de Telemadrid no se sientan intimidados o espoleados a autocensurarse en función del gusto del Gobierno de turno.
Por eso no se entiende que algunos busquen pasar del modelo BBC al modelo ABC. Y no nos referimos a la neoyorquina American Broadcasting Company, sino al diario conservador madrileño que habla de cambiar la ley de Telemadrid tras el pacto citado del PP y CIUDADANOS, con el objetivo, dice, de evitar que la Televisión pública caiga en manos de la izquierda. Esa visualización del acuerdo de gobierno en términos partidista, frentista podríamos decir incluso, radical, empleando el concepto mediático tan en boga últimamente, no solo refleja el ideario del periódico, lo que podría no importarnos nada, sino que conlleva que la libertad del ejercio profesional en Telemadrid con el único horizonte de la defensa del pruralismo, sea una quimera.
Estaríamos hablando de un gran fracaso, de una ocasión perdida.
Y que conste que eso no debería ser óbice para analizar por qué también se fracasó internamente por parte de un Comité de empresa que buscó la confrontación política con Esperanza Aguirre casi como único argumento de legitimación, en vez de buscar alternativas profesionales que salvaguardasen los principios, incluyendo la rentabilidad de la cadena. La responsabilidad no queda ahí, Telemadrid, a veces fue el trasunto de Cajamadrid. El mismo Moral Santín que se encaramaba a la vicepresidencia de la Caja, era el portavoz de Izquierda Unida en la televisión junto al jefe de prensa de CC.OO. Y fue durante la presidencia de Izquierda Unida en el ente público, cuando se suprimió el consejo asesor de Telemadrid, un órgano de participación de la sociedad civil. La amistad de Moral Santín e Ignacio González era tal, que el portavoz de IU apoyó al dirigente popular para que fuese a Cajamadrid a presidirla, y se hacían reuniones de consejeros de la Caja en la televisión. Lógicamente de esa amistad colgó toda una red clientelar que ha hecho mucho daño al derecho de los madrileños a tener un canal de televisión profesional , ética y económicamente  autosuficiente.
Entonces la despolitización no es buena porque no estén los de derechas o los de izquierdas, sino porque se garantice la libertad de informar respetando el texto del redactor y la imagen del cámara. Esto es el pluralismo, el que empieza en casa, en cada gesto, en cada línea que se escribe y en cada plano que se filma sin intromisiones. El pluralismo no son las cuotas de profesionales o de minutos de emisión que le corresponden a cada formación.

Telemadrid tiene la oportunidad de exportar conquistas y ejemplos de libertad de expresión. Hasta ahora la cadena pública madrileña  popularizó términos como la “redacción paralela”, que fue la primera fase de sustitución de profesionales antes de su expulsión, que luego fueron aplicándose en otras televisiones públicas.

Luis Santos

sábado, 30 de mayo de 2015

EL FRAUDE DEL AGUIRRISMO

Todos tenemos muy presente el desparpajo con el que se mueve Esperanza Aguirre en la controversia del escenario político y en su intento de crear una nueva derecha que acabe con el viaje del PP hacia el centro. Pese a haber estado edificando su política en  el epicentro de la corrupción y de las privatizaciones de la Sanidad e incluso haber hecho la competencia a los personajes habituales de los realitys, protagonizando  peripecias personales como escapar de la policía municipal tras situar su coche donde le dio la real gana, su figura se alimenta de todo eso porque entronca con el “señoritismo” de una derecha cañí que mezcla grandes dosis de autoritarismo y clasismo ribeteado de incultura.
Ese señoritismo autoritario y clasista, le lleva a practicar un sistema político de adhesiones inquebrantables, que cuando pasea por la calle recuerda a personajes de otras épocas. Al tiempo que crea situaciones clientelares con las licencias de medios de comunicación que propagan su fe, mientras que promueve la supresión de las libertades en la calle,  como cuando pedía mano dura contra las acampadas del 15 M en la Puerta del Sol o directamente impedía la libertad de expresión en los medios de comunicación públicos como Telemadrid. En este caso propició una depuración de profesionales de la información conducida por criterios ideológicos, que culminó su sucesor a dedo en la Presidencia de la Comunidad. Con todos estos elementos Aguirre iba construyendo su modelo político, el Aguirrismo.
En ese contexto no sorprende que Aguirre tenga la osadía de decir que ella destapó la corrupción o que su sucesor añada que en Madrid el problema de los niños es la obesidad y no que pasen hambre. Porque lo importante es crear una política histriónica y montar un decorado que oculte la connivencia con la corrupción, creando la imagen de un liderazgo sólido. El histrionismo ya no se viste igual  que lo hacía en otras épocas la derecha rancia.
Esa forma de histrionismo declarativo que en realidad envuelve a un autoritarismo y clasismo de nuevo cuño, le lleva a pisar la calle, poniéndose por montera, y el simil taurino es intencionado, la política de su partido en el caso del aborto o de las víctimas del terrorismo. Esa parafernalia de gestos, que fusiona su impronta personal con la construcción mediática y un cierto seguidismo popular que la considera la salvadora de la patria,  “la lideresa”,  constituyen los pilares del Aguirrismo.
Y aquí queremos fijarnos en esos dos aspectos, su historia personal y sus posiciones políticas, construidas incluso contra su propio partido cuando ella y sus acérrimos seguidores tildan a Rajoy de traidor al ideario conservador, según pregonan sus propagandistas mediáticos.
Porque, Esperanza Aguirre ha estado atacando el modelo educativo de la izquierda y, con el pretexto de la libertad de elección de centro por parte de los padres, se han enriquecido los corruptos de su entorno cobrando comisiones por los colegios privados que se construían y se concertaban y ha posicionado en un lugar importante del ranking a centros de los legionarios del pederasta Maciel. Su filosofía educativa es primero, la libertad de elección, después la excelencia del alumnado y, para terminar, el premio según el esfuerzo desarrollado.
Pero, Esperanza Aguirre no fue fiel seguidora de esta filosofía educativa que ahora nos quiere imponer. Ella tendrá que justificar cómo empezó esa excelencia en su trayectoria profesional. Ella, deberá explicar si es cierto que aprobó su plaza de técnico de turismo cuando su tío, Ignacio Aguirre, era el Secretario de Estado del ramo y, puesta al alcance de su mano la oposición se fue a trabajar con él. Fue precisamente su tío Ignacio quien la formó, educó y aleccionó. De él, mamó el aguirrismo primigenio,  cuyo patrimonio ideológico ella ha ido reelaborando a su propia imagen y semejanza.
Ese es su fraude ético e ideológico. Esperanza Aguirre se sustenta en el PP actual para, o reconvertirlo o saltar, en su momento, hacia un liberalismo ultra conservador en cuyos basamentos se apoyó, aunque ya bien entrada la democracia. ¿Pero era y es liberal?. ¿O, nos equivocamos y es una postulante más del capitalismo de amiguetes, como se ha demostrado en los contratos que adjudicaba su gobierno regional, situando a dedo a sus corifeos en Telemadrid que imponían contratos de legislatura como si fueran “políticos liberales”?.
Se pregunta uno dónde está la excelencia democrática o la libertad de elección de centro escolar o de cualquier otra cosa… y, también, donde estaba el liberalismo de Esperanza Aguirre durante la dictadura franquista, porque ya tenía edad para oponerse y luchar. No se conoce que escribiera ningún artículo, que firmase ningún manifiesto, ni siquiera que viajase al extranjero a apoyar las movilizaciones que en toda Europa se hacían para que se instaurase la democracia en España. Esa es otra parte del fraude del Aguirrismo, cuando levanta la bandera de las críticas a Venezuela para así estigmatizar a PODEMOS,  afirmando que en el país latinoamericano no hay democracia. Y que muchas son las diferencias entre la actual Venezuela y el régimen de Franco, entre otras, que en dicho país hay elecciones y en el nuestro no las había y se encarcelaba a los que las pedían. De los que firman este artículo, uno pasó por la prisión de Carabanchel en aquellos tiempos y fue detenido en varias ocasiones y la otra estaba en el despacho de Atocha, el de la masacre de los abogados laboralistas. Por qué Aguirre no luchó contra la dictadura de Franco y sí lo hace contra la democracia de Venezuela.
Pero no, Esperanza se va a trabajar con su tío a Turismo, y allí comparte su ideario y sus confidencias como ella se encargo de reconocer en una semblanza que firmó en el diario EL PAÍS. Pues bien, aquí encontramos otra contradicción que tira por tierra el aguirrismo de Aguirre. Su tío, Ignacio, cuyos secretos compartía Esperanza, no hizo caso a la propuesta de Marcelino Oreja, Delegado del Gobierno para todo el País vasco con categoría de ministro, quién proponía asfixiar económicamente al diario pro etarra EGIN.  Porque EGIN, en aquel momento, y recordemos que eran los años de plomo, con atentados casi diarios, no pagaba nada. Ni los créditos a los bancos, Bilbao y Vizcaya, ni sus servicios a la agencia EFE, cuyo presidente actual por cierto no dice tampoco nada, cuando le preguntamos.  Esperanza Aguirre se coloca ahora al lado de las víctimas del terrorismo y afea a Rajoy su actitud cuando se excarcela a terroristas. De hecho se hace acompañar en Madrid con los militantes vascos del PP que se sienten traicionados por Rajoy. Pero, qué hicieron contra el vocero de ETA,  EGIN, tío y sobrina, pues nada porque eso les imponía mucho, es que las pistolas son palabras mayores. El diario EGIN lo cerraría después Baltasar Garzón.

Esta Esperanza Aguirre, que no movió un músculo contra la dictadura de Franco y que estuvo en el secreto de la inacción contra una de las patas de ETA, la mediática, ahora saca pecho hablando de los que, supuestamente,  mantienen relaciones con una dictadura. Y ahora se convierte en la abanderada de las posiciones duras de la nueva derecha, que intenta refundar.
 En lo que no parece que tenga contradicción con la época franquista, sino más bien continuidad, es en la persecución de la libertad de expresión, de los periodistas comprometidos con la democracia e incluso de cabeceras que se decantaban hacia la izquierda. Ya con Tío Ignacio en la vanguardia y ella en la retaguardia, se impidió la reaparición del diario MADRID, cuyo edificio fue dinamitado por Franco o que propiciaran la desaparición del diario PUEBLO, porque su redacción según escribió de su puño y letra el tío era en un ochenta por ciento de socialistas y comunistas. Los Aguirre estaban en contra de los medios públicos y con Esperanza vemos el exterminio que ha hecho en Telemadrid. Aquí no hay contradicción sino una tarea a lo largo de los años, cumplida con gusto y dedicación.

 Pilar de Miguel, Luis Santos. Periodistas