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Bajo el título "periodistasinvestigación", este blog quiere representar una mirada crítica del poder e impulsar la regeneración ética en los medios de comunicación, para que haya una auténtica libertad de expresión.


I am nothing if not critical

sábado, 21 de junio de 2014

La historia se cumple: nuevo Rey en España

Se ha dicho que era una jornada histórica la vivida tras la abdicación de Juan Carlos I y el acceso al trono de Felipe VI. Pero más allá de la duda intelectual que supone que la Jefatura del Estado se herede, sin que se le tilde a alguien de ir contra la Constitución e incluso  contra el mito fundacional de nuestra democracia, revivido como consenso constitucional, hemos de decir que se ha cumplido la historia de la sucesión en el trono con pequeñez.
Las construcciones desde la izquierda van desde definirse como "accidentalista", a pasarlo mal con los conceptos de la "inviolabilidad" del monarca entrante, o  del "aforamiento" del Rey emérito, uno más de ese extenso club de 10.000 personas en todo el país. En estos pasajes se han enredado los mejor colocados para hacerse con la secretaría general del PSOE, Sánchez y Madina. Pero Izquierda Unida que aparenta tenerlo más claro, nunca ha logrado explicar como pasa del aval que dio Santiago Carrillo a la monarquía y la bandera, tan determinante en la transición que influyó en el propio PSOE, al show de exhibir banderas republicanas dentro de las Cámaras legislativas. El argumento de que hay una nueva generación que no estuvo en el consenso constitucional es muy pobre.
El accidentalismo se vincula con la calidad de la democracia, que precisamente ahora está en cuestión y aleja a la izquierda de los principios que dicen que una forma de gobierno es más democrática que otra, aunque existan ejemplos de perversión política en ambos sistemas. Y alejarse de los principios es entre otras cosas construir proyectos más allá de la ilusión de los ciudadanos.
La derecha mientras tanto asiste acomplejada a un debate sobre la forma de gobierno en donde su único argumento es la prescripción constitucional a partir de la abdicación, cuando no había  prescripción de como hacer la sucesión, pero intentando convertirse en los garantes de la Construcción, cuando llegaron a la democracia del ronzal. Un ejemplo: si liberalismo y monarquía son difícilmente compatibles, a no ser que se acuda también al accidentalismo,  que Esperanza Aguirre hable del fracaso de la República, nos lleva a preguntarle que hizo ella para  luchar a favor de la monarquía en tiempos de Franco.
La historia pues se ha cumplido. Si la forma de gobierno no se debatió y se votó por separado en las Cortes Constituyentes que dieron lugar a la Constitución, como pedía Joaquín Ruiz-Giménez, cuando presidía la izquierda de la Democracia Cristinana, ahora tampoco. Y la sucesión monárquica no se ha legitimado.