Presentación...

Bajo el título "periodistasinvestigación", este blog quiere representar una mirada crítica del poder e impulsar la regeneración ética en los medios de comunicación, para que haya una auténtica libertad de expresión.


I am nothing if not critical

martes, 4 de junio de 2013

Telemadrid: el bloqueo que puede hacerla inviable.


En estos momentos la judicialización del medio, producto de un ERE no negociado  pone en peligro la existencia de la cadena autonómica. Los recursos al Tribunal Supremo, tanto de la Dirección como de los sindicatos demuestran la incapacidad de las partes para lograr un acuerdo, tras la sentencia en una  primera instancia judicial. Esta situación sigue a una cadena de despropósitos en la que la radicalización de sindicatos y empresa abocaron a emisiones en negro durante numerosas jornadas.  Se hizo patente que Telemadrid era "prescindible" en un marco de reducción de la cuota publicitaria y una fuerte oposición de las Cadenas privadas  y  cuando buena parte de las fuerzas del arco parlamentarios se mostraban contrarias a una información pública de carácter autonómico.

El gatillo facil de la emisión en negro no fue un "artefacto" de elaboración reivindicativa solamente de los sindicatos. Un incidente de lucha por el poder en el Diario de la Noche entre Ana Samboal y Herman Tertsch, también provocó el sinsentido de que Telemadrid se fuese a negro en la emisión.


Propuesta de productividad.

Una propuesta de aumentar la productividad y competitividad varios años antes del traumático ERE, no solo no fue incorporada a la mesa de negociación sino que incluso fue censurada en las publicaciones del sindicato mayoritario, CC.OO. Pese a que estos términos figuraban en los discursos del 1 de mayo de los líderes sindicales, desaparecieron a la hora de la verdad. Era como si el concepto del déficit fuera de derechas. Tan es así que hasta días antes del ERE, los sindicatos en una fuga hacia el precipicio seguian hablando del aumento de plantilla.
La empresa tampoco hizo tan siquiera una simulación de lo que podría suponer a la hora de construir una alternativa a los despidos y el conflicto, independientemente de la legítima aspiración de la derecha a la privatización que incorporaba  desde hacía años en sus programas.
Productividad y competitividad  son todavía hoy erramientas que pueden servir para encontrar una solución que no suponga la destrucción del medio y gran parte de los puestos de trabajo.


El miedo a la terminología.

En 1981 el presidente del Comité de empresa del Diario Pueblo- José Manuel Pérez Castro-, le dirigía una carta al Secretario de Estado para la Información Ignacio Aguirre, el tio de Esperanza. Le hablaba de que el déficit se podía reducir en un 60 por ciento. Al refererirse a la desviación presupuestaria solicitaba "una vez más y por escrito, la apertura de negociaciones inmediatas para llegar a un proceso de reconversión tecnológica, con la consiguiente reestructuración de plantillas".
Criticaba la gestión para llegar a otra conclusión  "..se han determinado sensibles pérdidas de productividad, se ha llegado a una organización del trabajo disparatada..."

Se acudía al frentismo, a la descalificación como única argumentación.

 Paul Walzlawik teorizó sobre las "ultrasoluciones" , es decir la manera de hacer que un problema fuese irresoluble es buscar una solución tan extrema que provoque el caos. La mejor manera de no hacer nada constructivo es la exculpación extrema. La responsabilidad de lo que ocurre está fuera del alcance de los trabajadores. Por eso no se hace nada. Porque el problema según esta tesis lo ha provocado la Dirección y yo como trabajador no tengo necesidad de aportar nada.
La alusión a la malvada Esperanza Aguirre, causante de todos los males, salva la posición política y   justifica los ataques al que opine de otra manera. Lo de menos en esa guerra es el sacrificio de la ética del pluralismo. Dejar que se exploreen en el debate las opciones difertentes aunque sean minoritarias a la hora de buscar soluciones.


No hay debate sobre la Información pública.

La realidad demuestra que la izquierda, política y sindical, ha fracasado -suponiendo que lo haya intentado- a la hora de realizar un debate social  sobre la necesidad de que haya una información pública. Ha quedado al margen de la defensa de derechos como la Sanidad o la Enseñanza, que evidentemente son prioritarios. Las movilizaciones en la calle de los trabajadores de Telemadrid, no se acercan ni de lejos a la solidaridad que recibieron en su momento los trabajadores de Antena 3 TV, cuando sufrieron un ERE.
En cualquier caso no debe calificarse de incoherente la postura de la izquierda, porque años antes, cuando IU presidía el Consejo de Administración se eliminó el Consejo Social,  órgano de Telemadrid que incorporaba a la sociedad civil. Tampco mantuvieron reuniones con el Gobierno del PSOE, como hacía la patronal del sector. Se limitaron a salvar el tipo, como hizo el portavoz socialista en el Consejo de Administración de Telemadrid, cuando habló de "quiebra técnica", comunicado que popularizó UGT.

Lo laboral y el pluralismo.

El problema de déficit, de "quiebra técnica" se resuleve con una reducción de plantilla que en gran medida supone prescindir de personas que han accedido al puesto a través de una prueba de mérito u oposición. Se contradice o quiebra el modelo de búsqueda de "la excelencia".
 Al final el resultado, además de la insjuticia personal, lo que no es poco, tiene una clara incidencia en la independencia a la hora de ejercer la profesión de periodista y en su escala final en el pluralismo. No es que fuese la garantía total, pero evidentemente es medible en puntos el grado de pobreza democrática que se alcanza con metodología semejante.